El derrumbe del Imperio
es sólo cuestión de tiempo
“Hay vida más allá del capitalismo”...
Hace un cuarto de siglo, tras el derrumbamiento de la
Unión Soviética y del bloque socialista europeo, economistas y grandes
pensadores del capitalismo norteamericano publicaron numerosos libros y miles
de artículos en periódicos y revistas de gran circulación, aseguraron que había
llegado el fin de la historia. Se referían a la historia de la bipolaridad,
cuando USA disputaba el dominio mundial frente a la URSS.
Estados Unidos procedió a crear la sociedad global
y el modelo neoliberal, como los poderosos instrumentos que pondrían bajo el
control total de Norteamérica las grandes riquezas estratégicas del planeta,
los yacimientos de metales preciosos, el petróleo, el gas, el agua, los
recursos naturales, como bosques, reservas de especies vivas para dominar el
mercado de los alimentos, el intercambio comercial, las economías de todas las
naciones y hasta los cerebros.
No han pasado tantos años y Estados Unidos está dejando
con gran prisa su condición de primera potencia mundial; China es ahora la
economía del planeta más importante y la que más crece, sin que nada ni nadie
pueda impedirlo.
El gran poderío militar norteamericano ha perdido
la iniciativa, la economía flaquea de día en día, los negocios de miles de
millones de dólares ya no van a parar a sus arcas. China y Rusia firmaron este
año el contrato de suministro de gas y petróleo más grande de toda la historia
de la humanidad. Las flotas militares de Rusia y China ahora siguen muy de
cerca a los complejos de submarinos y transatlánticos de Estados Unidos, para
limitar su operatividad.
Las compañías rusa Novatek y la china CNPC negociaron hace poco 3 millones de toneladas
anuales de gas natural licuado ruso y están construyendo una planta de refinado
de petróleo en China.
El control mundial unipolar, asumido por Estados
Unidos hace un cuarto de siglo, se derrumba de manera inexorable. Muy pronto
Estados Unidos pasará a ser la segunda economía mundial, India será la tercera
y el poderoso Japón bajará hasta el cuarto lugar. Rusia, Brasil, Sudáfrica y
otros países suramericanos avanzan de manera incontenible. Sin embargo nadie
podría asegurar que por tal razón haya llegado el fin de la historia.
El poderío de los Estados Unidos se debilitará sin
lugar a dudas y tendrá que buscar nuevas formas de operatividad para salvar la
economía y la tradición de poder del gran imperio, pero en condiciones
competitivas que no ha practicado jamás. El fin del capitalismo será una nueva
etapa de la historia, pero no el fin de la historia. Hay vida más allá del capitalismo.
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