Comunicado conjunto del 13º Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros
El 13o Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros tuvo
lugar en Atenas 9-11 de diciembre de 2011 bajo el tema: “¡El socialismo
es el futuro! La situación internacional y la experiencia de los
comunistas 20 años después de la contrarrevolución en la URSS. Las
tareas para el desarrollo de la lucha de clases en condiciones de crisis
capitalista, de guerras imperialistas, de las actuales luchas populares
y los levantamientos por los derechos obreros y populares, el
fortalecimiento del internacionalismo proletario y el frente
antiimperialista, por el derrocamiento del capitalismo y la construcción
del Socialismo”.
En
el Encuentro participaron representantes de 78 Partidos de 59 países.
Un número de partidos que por razones ajenas a su control no lograron
participar, han enviado sus mensajes por escrito. Saludamos, desde
Atenas, las luchas populares crecientes que desatan un gran potencial
emancipador contra el imperialismo, contra la explotación y la opresión
capitalista, por los derechos sociales, laborales y de seguridad social
de los trabajadores en todo el mundo.
El encuentro se llevó a cabo en condiciones críticas en que la
crisis capitalista profunda y prolongada sigue prevaleciendo en la
situación internacional, acompañada por la escalada de la agresividad
del imperialismo que se ha expresado en las decisiones de la Cumbre de
Lisboa para la nueva estrategia de la OTAN. Esta realidad confirma los
análisis descritos en las declaraciones del 10º, 11º y 12º Encuentros
Internacionales que tuvieron lugar en Brasil (Sao Paolo) en 2008, en
India (Nuevo Delhi) en 2009 y en Sudáfrica (Tshwane) en 2010.
Se vuelve cada vez más evidente para millones de obreros que la
crisis es una crisis del sistema. No se trata de fallas en el sistema
sino es el propio sistema que es defectuoso, generando crisis regulares y
periódicas. Es el resultado de la agudización de la contradicción
básica del capitalismo entre el carácter social de la producción y la
apropiación capitalista privada, y no de cualquier versión de la
política de gestión del sistema o de cualquier aberración basada en la
codicia de algunos banqueros u otros capitalistas o de la falta de
mecanismos efectivos de regulación. Evidencia los límites históricos del
capitalismo y la necesidad de fortalecer las luchas para rupturas
antimonopolistas anticapitalistas, por el derrocamiento revolucionario
del capitalismo.
En los EE.UU., Japón, la UE y en otras economías capitalistas se
demuestran los callejones sin salida de las distintas versiones de la
gestión burguesa. Por un lado la línea política restrictiva lleva a una
recesión prolongada y profunda, y por otro, la política de gestión
expansionista con grandes paquetes de ayuda estatales a los grupos
monopólicos, al capital financiero, a los bancos, intensifica la
inflación y conduce al crecimiento de la deuda pública. El capitalismo
convierte las insolvencias empresariales en insolvencias soberanas. El
capitalismo no tiene otra respuesta a la crisis más allá de la
destrucción masiva de fuerzas productivas, recursos, despidos masivos,
cierre de fábricas y el ataque global contra los derechos obreros y
sindicales, los salarios, las pensiones, la seguridad social, la
reducción de los ingresos del pueblo, el gran aumento del desempleo y de
la pobreza.
Se está fortaleciendo la ofensiva contra el pueblo que se manifiesta
con especial intensidad en ciertas regiones. La concentración y
centralización del capital monopolista están intensificando el carácter
reaccionario del poder económico y político. Las reestructuraciones
capitalistas y las privatizaciones se están promoviendo con miras a la
competitividad y la maximización de las ganancias del capital,
garantizando una fuerza de trabajo más barata y regresión de décadas en
términos de derechos sociales y laborales.
La intensidad de la crisis, su sincronización global, la perspectiva
de una recuperación lenta, débil intensifican las dificultades de las
fuerzas burguesas de gestionar la crisis, llevan a la agudización de las
contradicciones interimperialistas y las rivalidades mientras que
aumenta el riesgo de guerras imperialistas.
Los ataques contra los derechos democráticos y la soberanía se están
intensificando en muchos países. Los sistemas políticos se han puesto
más reaccionarios. El anticomunismo se está fortaleciendo. Las medidas
contra la actividad de los partidos comunistas y obreros, contra las
libertades sindicales, políticas y democráticas se están generalizando.
Las clases dominantes desarrollan un intento multifacético para atrapar
el descontento del pueblo a través de cambios en los sistemas políticos,
a través de la utilización de una serie de ONG pro-imperialistas y
otras organizaciones, a través de los intentos de canalizar el
descontento del pueblo en movimientos con características supuestamente
no políticas o incluso reaccionarias.
Saludamos las luchas y los levantamientos extensos de los pueblos y
los trabajadores, por derechos democráticos, sociales y políticos
contra los regímenes antipopulares en el Oriente Medio y en África del
Norte, en concreto en Túnez y Egipto. A pesar de las contradicciones que
pone de manifiesto la situación actual, constituye una experiencia
significativa que el movimiento comunista debe estudiar y utilizar. Al
mismo tiempo, condenamos enérgicamente la guerra imperialista de la OTAN
y de la UE contra el pueblo libio y las amenazas e injerencias en los
asuntos internos de Siria y de Irán así como de cualquier otro país.
Consideramos que cualquier intervención extranjera contra Irán bajo
cualquier pretexto ataca los intereses de los trabajadores iraníes y sus
luchas por libertades democráticas, justicia social y derechos
sociales.
Estos acontecimientos confirman la necesidad de fortalecimiento de
los Partidos Comunistas y Obreros para desempeñar su papel histórico,
fortalecer aún más la lucha de los trabajadores y del pueblo en defensa
de sus derechos y aspiraciones, utilizar las contradicciones del
sistema, las contradicciones interimperialistas para un derrocamiento a
nivel de poder y economía, para la satisfacción de las necesidades del
pueblo. Sin el papel dirigente de los partidos comunistas y obreros y de
la clase de vanguardia, la clase obrera, los pueblos serán vulnerables a
la confusión, la asimilación y la manipulación por las fuerzas
políticas que representan a los monopolios, el capital financiero y el
imperialismo.
Se están desarrollando realineamientos significativos en la
correlación de fuerzas internacional. Está en curso el debilitamiento
relativo de la posición de los EE.UU., el estancamiento general de la
producción en las economías capitalistas más avanzadas y la emergencia
de nuevas potencias económicas mundiales, especialmente China. La
tendencia de aumento de las contradicciones se está fortaleciendo entre
los centros imperialistas, y de ellos con las llamadas economías
emergentes.
La agresividad imperialista se está intensificando. Ya hay varios
lugares de tensión y guerras regionales y se están multiplicando: en
Asia y África, en el Oriente Medio con la agresividad creciente de
Israel en particular contra el pueblo palestino. Además se están
aumentando las fuerzas neo-Nazis y xenófobas en Europa, las
intervenciones multifacéticas, las amenazas y la ofensiva contra los
movimientos populares y las fuerzas políticas progresistas en América
Latina. La militarización se está reforzando. El riesgo de una
conflagración general a nivel regional vuelve cada vez mayor. En este
sentido es fundamental la expansión y el fortalecimiento del frente
social y político antiimperialista y las luchas por la paz en la
dirección de erradicar las causas de las guerras imperialistas.
Hay dos caminos de desarrollo:
- El camino capitalista, el camino de explotación de los
pueblos que crea grandes peligros de guerras imperialistas, para los
derechos obreros, populares y democráticos
- y el camino de la liberación con inmensas posibilidades para
la promoción de los intereses de los trabajadores y de los pueblos,
para el logro de la justicia social, de la soberanía popular, la paz y
el progreso. El camino de las luchas obreras y populares, el camino del
socialismo y del comunismo, que es históricamente necesario.
Gracias a la contribución decisiva de los comunistas y del
movimiento sindical con orientación de clase, las luchas obreras en
Europa y en todo el mundo se fortalecieron aún más. La agresividad
imperialista todavía se enfrenta a la resistencia popular decidida en el
Oriente Medio, Asia, África y América Latina. Este hecho junto con la
experiencia acumulada hasta la fecha especialmente en América Latina,
las luchas y los procesos que toman lugar, demuestran las posibilidades
de resistencia, de la lucha de clases para que los pueblos den pasos
hacia delante, ganen terreno infligiendo golpes al imperialismo cuando
tienen como meta el derrocamiento de la barbarie imperialista.
Saludamos las luchas obreras y populares y subrayamos la necesidad
de su mayor fortalecimiento. Las condiciones exigen la intensificación
de la lucha de clases, de la lucha ideológica, política y de masas para
impedir las medidas antipopulares y promover objetivos de lucha para la
satisfacción de las necesidades populares contemporáneas, y requieren el
contraataque obrero organizado para rupturas antimonopolistas y
antiimperialistas, por el derrocamiento del capitalismo, poniendo un fin
a la explotación del hombre por el hombre.
Hoy las condiciones están maduras para la construcción de amplias
alianzas sociales antimonopolistas y antiimperialistas, capaces de
derrotar la ofensiva y la agresión imperialista multifacética y luchar
por el poder y promover profundos cambios radicales, revolucionarios. La
unidad de la clase obrera, la organización y la orientación de clase
del movimiento obrero son factores fundamentales para garantizar la
construcción de alianzas sociales efectivas con el campesinado, las
capas medias de la ciudad, el movimiento de las mujeres y de la
juventud.
En esta lucha el papel de los partidos comunistas y obreros a nivel
nacional, regional e internacional y el fortalecimiento de su
cooperación son indispensables. La actividad conjunta y coordinada de
los Partidos Comunistas y Obreros, de las organizaciones de juventudes
comunistas y las organizaciones antiimperialistas en las que los
comunistas tienen una contribución importante, constituye uno de los
elementos más fiables para la expansión de la lucha antiimperialista y
el fortalecimiento del frente antiimperialista.
La lucha ideológica del movimiento comunista es de importancia
vital con el fin de defender y desarrollar el socialismo científico,
afrontar el anticomunismo contemporáneo, confrontar la ideología
burguesa, teorías anti-científicas y corrientes oportunistas que
rechazan la lucha de clases, y combatir el papel de las fuerzas
socialdemócratas que defienden e implementan políticas antipopulares y
pro-imperialistas mediante el apoyo a la estrategia del capital y del
imperialismo. La comprensión del carácter unificado de los deberes de la
lucha por la emancipación social, nacional y de clase, para la
promoción distintiva de la alternativa socialista, requiere el
contraataque ideológico del movimiento comunista.
El derrocamiento del capitalismo y la construcción del socialismo
constituyen una necesidad imperativa para los pueblos. En vista de la
crisis capitalista y sus consecuencias, la experiencia internacional y
la práctica de la construcción socialista demuestran la superioridad del
socialismo. Subrayamos nuestra solidaridad con los pueblos que luchan
por el socialismo y están involucrados en la construcción del
socialismo.
Sólo el socialismo puede crear las condiciones para la erradicación
de las guerras, del desempleo, del hambre, de la miseria, del
analfabetismo, de la incertidumbre de cientos de millones de personas,
de la destrucción del medio ambiente. Sólo el socialismo crea las
condiciones para un desarrollo de acuerdo con las necesidades
contemporáneas de los trabajadores.
Trabajadores, campesinos, obreros en la ciudad y en el campo,
mujeres y jóvenes, les llamamos a luchar junto con nosotros para poner
un fin a esta barbarie capitalista. Hay esperanza, hay perspectiva. El
futuro pertenece al Socialismo.
¡EL SOCIALISMO ES EL FUTURO!
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