La jauría se lanza contra Libia


La jauría se lanza contra Libia

Solución entre Libaneses. No mas intervenciones imperialistas.

Solo existe una razón suficiente para los países imperialistas para empujar al Consejo de Seguridad de la ONU, para que imponga las sanciones más duras contra Libia. Esta razón es el petróleo de alta calidad que tiene Libia. Pero también han realizado otras acciones: reunir al Consejo de los Derechos Humanos en Ginebra y tomar medidas contra Al Gaddafi, por la “Masacre”, que nunca han existido,  contra su pueblo. Esta “masacre” se parece a las armas de destrucción masiva en Irak. El propósito es el mismo en Libia, adueñarse del petróleo-cuando Israel masacró a los Palestinos en la franja de Gasa matando a más de mil personas entre niños/as, mujeres y ancianos, toda esa jauría de imperialistas de Europa y Estados Unidos estuvo callada. Se trata de una doble moral o de una moralidad asquerosa.
Los países imperialistas de uno y otro lado del Atlántico  usan su bastión armado hasta los dientes para agredir a Irak, causándole más de un millón de muertos; atacan a Afganistán y Pakistán causándoles miles de bajas; pero esos muertos no cuentan, tampoco cuentan los derechos humanos de esa pobre gente.
La Hillary Clinton dice que ninguna opción es desechable, es decir, que su primera opción puede ser la intervención militar. El hambre por el petróleo los llevaran a abrir una guerra más.
Hace cinco días, un avión no identificado bombardeo una vieja base militar de Libia. Ahora frente a las costas de Libia hay varios barcos de guerra. De manera que la intervención militar puede suceder en cualquier momento. Sin embargo la oposición de Gaddafi esta diciendo que no desean intervención del exterior de donde provenga.
El gendarme del mundo se ha activado nuevamente: no hay zona del mundo que no este amenazada, incluso en América Latina, que se había mantenido fuera de amenaza inmediata, ahora está bajo la amenaza de la cuarta flota y del comando sur, que pueden actuar en el momento oportuno.

Uno de los recursos naturales mas valiosos de los países pobres, el petróleo, se revierte en contra de esos mismos países, por la voracidad de los países imperialista principalmente Estados Unidos e Inglaterra y reavivan el neocolonialismo en todo el mundo para implantar  el Neoliberalismo. La suerte de esos países ahora está en las manos de las transnacionales como la Texaco Exxon Móvil, Chevron, etc.


Libia, levántate, une a tu pueblo, haz morder el polvo de la derrota al imperialismo yanqui que te quiere dividir. 
Las razones de la insurrección del hambre y la pobreza en Túnez o Egipto difieren de las de Libia. La problemática Libia es de otra naturaleza, de la complejidad de su conformación como nación.

Humberto Gómez García
Trincheras de Ideas
Ni siquiera en los tiempos del sátrapa y criminal de guerra George Bush se había desatado una campaña tan falaz, mentirosa, cobarde, ruin como la desatada por el gobierno imperialista norteamericano y el complejo mundial mediático que controla, y los gobiernos de la UE contra un país y una nación como lo vienen haciendo desde hace unas tres semanas contra Libia y el presidente Gaddafi. Nada ha sido más burdo, ni siquiera el ansia ingerencista, colonialista de los gobernantes norteamericanos; cínicos hasta más no poder en sus ambiciones, hablan públicamente de sus contactos abiertos con una oposición monárquica, a quien aúpan y apoyan de manera descarada, sin recato alguno.
El presidente Obama –casi clandestino en su gestión–, la cancillera Clinton –quién lleva la voz cantante del gris y opaco gobierno–, pero sobre todo el complejo militar industrial y las compañías petroleras se frotan las manos por el pingüe negocio que significaría meterle la mano al petróleo libio. Porque ese -¿a qué dudarlo? – es el objetivo de este divisionismo, de partir a Libia en por lo menos tres pedazos y repartirla para explotarla mejor.
Ya la insurrección popular en Túnez y Egipto, las revueltas en el Yemen o en otras naciones, reinados, emiratos, califatos dejaron de ser noticias para las agencias internacionales de noticias manejadas y controladas –y eso hay que remarcarlo y denunciarlo permanentemente– en primer lugar por el imperialismo norteamericano y sus secuaces europeos. La noticia fabricada, inventada; las matrices de opinión se refieren a masacres como la ocurrida en Trípoli ordenada por Gaddafi, masacre que nunca existió. O un bombardeo en el barrio de Fascilum, de Trípoli, que nunca se produjo. O las fosas comunes con fotos trucadas, en Tadjoura, suburbio de Trípoli donde supuestamente se encuentra dicha fosa común. Allí lo que existe es en realidad un cementerio que siempre ha existido. Tampoco los rebeldes anti Gaddafi nunca conquistaron el aeropuerto militar de Mitigar.
¿Por qué esa campaña de mentiras y desinformación tan atroz e implacable?
Además de lo ya dicho de la ansiedad por poseer y controlar el petróleo libio, un decadente imperio que vive su peor e irreversible crisis económica, que ya no controla el mundo como antes, tiene su burguesía, sus transnacionales que borrar de la faz del mundo árabe el ejemplo que ha significado la revolución social en Libia donde se ha construido un poder popular. Ningún país del Norte de África puede exhibir los niveles de desarrollo alcanzados por el pueblo libio ni han alcanzado su estándar de vida.
Las razones de la insurrección del hambre y la pobreza en Túnez o Egipto difieren diametralmente de las de Libia. La problemática Libia es de otra naturaleza, de la complejidad de su conformación como nación. Los avances y las conquistas logradas por ese gran pueblo en 40 años de proceso revolucionario no pueden tirarse al cesto de la basura, ese es un error histórico imperdonable, un inadmisible retroceso, como lo es el pretender volver a la monarquía que murió hace cuatro décadas.
Corresponde al pueblo libio buscar las salidas, en paz, a su crisis interior, sin injerencias, sin las provocaciones del extremismo, de la CIA, del Mossad, del imperialismo yanqui, del sionismo criminal, de los imperialistas europeos. La unidad de todo el pueblo libio –es elemental pensarlo– es la garantía de la victoria ante la adversidad, las agresiones internas y externas. Los asuntos internos de Libia sólo corresponden a los libios, a ese pueblo de guerreros, buscarle una solución armoniosa. El problema no es Gaddafi, él es sólo un símbolo, un gran líder que no es eterno, que ha cometido errores y se ha confiado demasiados en aquellas naciones imperiales que hoy quieren derrocarlo, el problema, lo repito, es la revolución, sus conquistas y avances. Si Libia cae las hienas van a querer destrozarlo, todo habrá fracasado y el esfuerzo de un pueblo se habrá perdido por siglos.
Ya el imperio yanqui asomó sus garras al mover sus naves de guerra a las costas de Libia. Como no puede acusar a Gaddafi de tener armas de destrucción masiva como pretexto para invadir Libia, utiliza las armas letales y destructivas de la desinformación, de la mentira en gran escala a nivel mundial para ablandar a la opinión pública del orbe, generar confusión y así poder agredir militarmente –con el apoyo incondicional del sionismo israelita– al país, proyecto largamente acariciado por los imperios de Europa y de Norteamérica.
Para eso, piensan los revolucionarios del mundo, se debe estar preparando Gaddfi, el gobierno y el pueblo. Una invasión militar es una carta de demasiado riesgo, eso también lo sabe el imperio, La estrategia sería desembarcar en aquellas zonas supuestamente en manos de la oposición monárquica para, a partir de allí, no sólo comenzar a controlar el flujo petrolero hacia Europa, sino utilizar ese escudo humano para avanzar sobre Trípoli y otras importantes ciudades leales a la revolución.
¿Qué va a pasar en la zona, con las naciones amigas de Libia, las que sufrirían los efectos devastadores de una guerra relámpago imperialista, sólo serán espectadores viendo ante sus ojos, esta vez sí, una descomunal masacre o defenderán a Libia?
Por supuesto, los precios del petróleo se dispararán por encima de los 200 dólares, precisamente por allí viene la maniobra inglesa cuando su ministro de relaciones exteriores, comenzando la crisis en Libia, lanzó la mentira de que Gaddafi iba rumbo a Venezuela en busca de asilo. El inglés sabía la mentira porque está metido en la conspiración y trataron de hacer un juego típico del capitalismo, crear una falsa crisis para que los precios del crudo se elevaran porque, en el marco de su aguda crisis económica, eso le convenía el alza del crudo Brent del Norte, como le conviene toda esa crisis creada en Libia. No nos extrañe que si al final el ejército norteamericano se lanza por el despeñadero de una invasión a Libia, cuente con el apoyo solícito y sumiso de los gobernantes ingleses, como lo tuvo en la invasión a Irak o a Afganistán.
Jamás imaginamos al pueblo libio rendido, dándole loas a los invasores, permitiendo la partición del sagrado suelo de la patria en tres o más pedazos, volver al colonialismo, a una monarquía de cartón y a un sector de la población apoyando aquella barbaridad, burdas marionetas de los criminales ejércitos imperiales para guardar las apariencias. Imaginamos, sí, a un pueblo bravío, dando la batalla, haciendo morder el polvo de la derrota a los invasores, peleando por cada metro del país, no cediendo ni un ápice de dignidad.
Que se remoce el nacionalismo y el socialismo árabe, el ideario nasserista de los años 50, el ideario del poder popular. Las masas árabes ya se han rebelado, ni los tunecinos, ni los egipcios, ni los yemenitas van a dejar solo al pueblo libio ante la agresión yanqui/europea/sionista. Los vientos soplan a favor de las mayorías árabes, de la justicia, de la libertad, de los derechos conculcados a pueblos sedientos de participación, como una vez dijo la II Declaración de La Habana, ese pueblo ya ha echado a andar y su marcha de gigantes no se detendrá hasta alcanzar su verdadera y definitiva independencia.
¡Viva el pueblo libio! ¡Viva la nación Libia, unida y sin divisiones imperialistas! ¡Viva la revolución y las conquistas del socialismo libio!

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